Un especialista en ordenación del trabajo me aconsejó organizar tres carpetas para documentos o abriendo archivos en el ordenador. Uno de los apartados debía llamarse Urgente e importante, otro Importante y el tercero tan solo Pendiente. Una vez hecha esta división, debía clasificar las decisiones por realizar en uno de estos apartados y meditar sobre sus contenidos.
Los primeros -Urgente e importante- eran temas que requerían una decisión inmediata y debía ponerme una fecha tope para iniciar su resolución, porque de ello podían depender grandes beneficios o importantes perjuicios. Los segundos -Importante- esperarían a disponer de sitio en el primer archivo, pero teniendo en cuenta que igualmente requerían atención casi inmediata. Los terceros, a los que llamé -Pendiente-, el especialista me recomendaba que simplemente los borrara del ordenador o tirara a la papelera los documentos archivados, ya que podía darme por satisfecho si lograba solucionar los temas contenidos en las dos primeras carpetas.
Me explicaron también que debía acostumbrarme a tomar decisiones, evitando darle vueltas durante mucho tiempo al mismo tema. Debía planificar en primer lugar como resolver el asunto y decidir seguidamente, delegando cuando ello fuera necesario, porque a veces era mejor equivocarse que dejar que dichos temas se pudrieran sin resolverlos. No obstante, el instructor especificaba que los colaboradores para delegar en ellos debían ser muy competentes a incluso superarme en conocimientos, sin que ello me representara un problema. Y dicho instructor aportaba también un método para detectar a los que él llamaba pelotas, con objeto de descartarlos enseguida.
Estos planteamientos, trasladados a un ciudadano particular o incluso a un político, supone la oportunidad de terminar cada año a plena satisfacción ese balance interno que muchos nos hacemos a final del ejercicio. Pero he venido observando que desde 1997, en que apareció mi primer libro Ceuta, problemas y soluciones, hasta el quinto y más reciente Ceuta, ciudad olvidada (2020), los asuntos a resolver siguen siendo casi siempre los mismos, con ligeras variaciones después de 23 años. También hay temas cerrados en falso y otros muchos que desaparecen y vuelven a aflorar como el Guadiana.
Solo me resta recomendar la lectura del número 8 de la citada publicación del IEC, que se presentará el próximo día 15 de septiembre
Por todo ello, incluí en la revista Transfretana que edita el Instituto de Estudios Ceutíes (IEC) un trabajo titulado La difícil situación de Ceuta en el plano nacional y posibles soluciones, tratando de enumerar algunos de los asuntos que debían llevar años en el esencial archivo Urgente e importante, para su supuesta resolución inmediata. Y desde luego en otros de los estudios confiados a prestigiosos especialistas en la citada publicación del IEC, el lector podrá acceder a una información clara y veraz sobre los más variados problemas que afectan a la Ciudad Autónoma de Ceuta.
De todas formas, el interesado que decida leer mi informe en la revista Transfretana, puede clasificar los temas que se proponen en uno de los archivos recomendados, valorando de paso los años en que deberían haber sido resueltos. Será un ejercicio entretenido porque el estudioso del trabajo viajará desde Madrid a Bruselas y desde la Educación o la Universidad a las diferentes culturas que viven en Ceuta, pasando por la defensa-orden público o incluso la frontera, sin olvidar inmigración o el mismo Tratado de Schengen.
Sería imposible citar en tan corto espacio, todos los asuntos que también contiene la revista Transfretana y, por ello, solo me resta recomendar la lectura del número 8 de la citada publicación del IEC, que se presentará el miércoles 15 de septiembre a las 20,00 en la Biblioteca Pública del Estado y desde luego llevándosela a casa con posterioridad, para seguir la pista a tanto problema pendiente de resolver.
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